Haciendo amigos
Tuesday, February 10th, 2009Ahí tienen. El primer resultado de la celebrada y ridícula medida del toque de queda etario-zonal estilo Los Simpson son dos niños quemados por cuatro pedazos de hijueputa debidamente uniformados y armados, bien «empoderados», con el paraco a flor de piel. Así de repugnante como esa burda tela verde oliva que los viste es su puta actitud frente a cualquier ciudadano. Los he oído burlarse de la gente que se llama a sí misma, y legitimamente así: ciudadano.
Historias de abuso policial he oído de amigos que fueron chúcaros. Forrados de verde oliva gozaban cogiendo a pata a los indigentes que se les atravesaban, si se les daba la gana. O empelotaban gente y la amarraban al poste del CAI por cogerla orinándose en la calle. Yo quejándome porque no dejan tomar fotos. Siempre supe que pudo haber sido peor.
Pero es la misma mierda. La misma arbitrariedad por la que nadie responde.
También conozco la historia de una reunión de estudiantes de la Pedagógica con el Secretario de Gobierno de Garzón. Que si acaso los del ESMAD podían coger a bate todo lo que se les atravesara aunque no estuvieran haciendo nada, aunque no tuvieran tubérculos explosivos o capuchas «I’m with terrorist». El funcionario dijo que la próxima vez se hicieran a un ladito para esquivar el golpe.
Ante este tipo de historia, de queja, oigo siempre la voz del calvo lascivo (y su séquito) que dice que la guerrilla usa pipetas de gas y se comporta como unos blockbusterbusters. Todos están haciendo amigos: entre los comentarios de El Tiempo no falta el que dice que se lo merecían porque son «unos hamponcitos».